ARTÍCULOS (2): EL MAL LLAMADO "ROCK ANDALUZ"

 A finales de los 70 las empresas discográficas (junto a algunos managers) decidieron etiquetar de "rock andaluz" a todos los grupos que mezclaban el flamenco o la música tradicional andaluza con el rock progresivo. Un género musical que vendía lo suyo gracias al tirón inicial de la banda Triana.

Triana fue la banda progresiva más conocida en España.

La etiqueta no es muy adecuada, ya que en realidad se estaban refiriendo al "folk-progresivo" andaluz. El término era tan vago que terminó incluyendo a todas las bandas que tuvieran el más mínimo rasgo andaluz. Así por ejemplo "Imán califato independiente" fue tildado de "rock andaluz", aunque tocaban jazz-progresivo los metieron en el saco por el simple hecho de tener un nombre andalusí. Los propios miembros de "Imán califato independiente" consideraban absurda esa etiqueta.

Guadalquivir mezclaba jazz con flamenco de forma magistral

En época franquista los discos progresivos llegaban gracias a los hippies que veraneaban en España o bien los traían americanos procedentes de las bases militares (por ejemplo Morón y Rota). La vida del rock progresivo español fue tan corta como intensa, abarca desde la muerte de Franco (1975) hasta 1981. Ello se debió en buena medida a la censura existente en España a comienzos de los 70, ya que incluso se prohibía cantar en español a las bandas de rock. Por eso en 1975 este tipo de grupos aparecieron por todas partes, como la erupción de un volcán. Alcanzó su máxima ebullición hacia 1979 para desaparecer poco después de forma tan súbita como se inició.

Alameda supo fusionar la copla con el progresivo

Los motivos de tal catástrofe musical se achacaron a la "movida madrileña", pero en realidad la causa fue más profunda e internacional. El punk, la nueva ola y la música disco entraron con fuerza en Europa y Estados Unidos hacia 1977, mientras tanto en España las bandas iban con retraso y seguían influídas por la música progresiva de comienzos y mediados de la década.

Madrid se adaptó a los cambios internacionales de forma más rápida que Barcelona y Sevilla (que fueron los principales núcleos del progresivo español), ya que en Madrid las bandas progresivas no tuvieron tanta aceptacíon, lo que contribuyó a que los madrileños fueran bastante receptivos a los cambios procedentes del extranjero.

A comienzos de los 80 los grupos de folk-progresivo andaluz se vieron forzados por las discográficas a simplificar su sonido, algunos aceptaron (caso de Medina Azahara, Triana o Alameda) con tal de sobrevivir mientras que otros desaparecieron (por ejemplo Cai o Mezquita).

El grupo gaditano Cai sucumbió ante la "nueva ola", aunque en 2010 volvió para grabar un disco.

Algunos románticos aún piensan que el asunto pudo haberse solucionado enfrentándose a la "movida madrileña". El problema es que las nuevas generaciones habían cambiado los gustos musicales de aquella mágica época, fue una imparable ola que arratró tanto a las compañías discográficas como a los medios de difusión a nivel mundial. Si la generación de los 40 trajo el rock progresivo, la de finales de los 50 y comienzos de los 60 lo asesinó.